LAS PERSONAS MAYORES Alimentarse adecuadamente es algo que va más allá de ser una actividad más o menos placentera: es un requisito para vivir más años, para vivirlos mejor y para disminuir la posibilidad de aparecer determinadas enfermedades y discapacidades. Una alimentación adecuada, unos hábitos dietéticos saludables, reducen el riesgo de enfermedades cardiacas, accidente cerebrovascular, diabetes, osteoporosis, anemia y algunos tipos de cáncer. Además, si usted ya padece alguna enfermedad crónica, una dieta adecuada le ayuda a controlarla mejor evitando o enlenteciendo su progresión. En el estado nutricional de las personas mayores influyen varios factores: disminución de la actividad física, pérdida de piezas dentarias, alteraciones en los sentidos del gusto y el olfato, disminución de la sensación de sed, disminución de la capacidad digestiva, aparición de enfermedades, toma de medicamentos. Por otra parte, el estado nutricional también depende de nuestros hábitos alimentarios, que son el resultado de toda una vida y que a veces se fundamentan en costumbres, mitos o tradiciones en ocasiones difíciles de modificar. Sin embargo, siempre se está a tiempo de reconducir las cosas. Nunca es tarde para adoptar unos hábitos de vida saludables LA DIETA SALUDABLE 2.1. Alimentación Vivimos en un país que tradicionalmente ha seguido unos hábitos nutricionales buenos para la salud. Se ha demostrado que la dieta mediterránea (elevado consumo de cereales, frutas, verduras, pescado y aceite de oliva) previene la aparición de muchas enfermedades crónicas y que las personas que la siguen tienen más posibilidades de vivir más y mejor. Como se ve en la tabla de las páginas 6 y 7, una alimentación variada, con todos los grupos de alimentos, ayuda a obtener todos los nutrientes que el cuerpo necesita para realizar todas sus funciones. 2 GUÍA DE ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN DE LAS PERSONAS MAYORES
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